Sra. Liliana Odau, Presidenta de la Fundación Colibrí:
Damas y caballeros, amigos todos:
Me siento muy a gusto en esta reunión benéfica que organiza la Fundación Colibrí. Agradezco a su dinámica Presidenta, mi tocaya y querida amiga Liliana Odau, y a su eficiente equipo de colaboradores, por su amable invitación.
Hablar de la Fundacion Colibrí, entidad peruana decana en Holanda, es hablar de amor al prójimo. De amor a gente peruana, sobre todo de amor a gente menuda de sectores deprimidos de nuestro país.
Como sabemos, desde hace más de veinte años Colibrí extiende su mano generosa a muchos niños y niñas del Perú. La niñez es nuestra más importante riqueza. No sólo por su inocencia, por su pureza, sino por ser el futuro de la Patria.
Educar a la niñez es la mejor manera de hacer Patria. Los juguetes son convenientes, contribuyen para dar alegría, esparcimiento, a los pequeños. Pero enseñarles a leer, instruirles, resulta indispensable para hacer de ellos hombres y mujeres de provecho.
Y éso es lo que especialmente hace Colibrí. Ése es el humanitario trabajo de la Sra. Liliana Odau y de quienes forman parte de esta solidaria Fundación: Trabajar en favor de nuestros niños y niñas, del Perú joven, del Perú del mañana.
Colibrí es un pajarillo mágico. Es una joya alada de la Madre Naturaleza. Se alimenta de néctar. Su corazón tiene más latidos que otras especies.
Así es su Fundación, querida señora Liliana Odau. Es mágica, pues con sus generosos aportes, transforman la tristeza en regocijo. El néctar de la Fundación proviene de actividades como la presente, que nutren a esta magnánima institución para que pueda cumplir sus bondadosos objetivos. Y el corazón de la Fundación, como el del colibrí, palpita vigorosamente, en su noble misión de dar mejor calidad de vida a gente necesitada.
De otro lado, el colibrí es quizá el dibujo más representativo de las gigantescas Líneas de Nazca, motivo de justa admiración a nivel planetario.
La Fundación Colibrí es también emblemática en el conjunto de instituciones de nuestra comunidad. No por ser la Decana, sino por su indesmayable y constante afán de socorrer con amor a pequeños y pequeñas de muchos rincones del Perú.
Muchas gracias.