Reverendo Padre Huberto:
Queridos compatriotas:
Amigos holandeses y de otras comunidades hermanas:
Mucho agradezco a la Hermandad de Nuestro Señor de los Milagros de aquí de Rótterdam, por la gentil invitación que me extendiera su Presidenta, señora Vilma de Strang, e integrantes de su Junta Directiva, para asistir a esta Santa Misa, que celebra el Reverendo Padre Hubert.
Una vez más estamos tributando en Holanda nuestra homenaje al Cristo Morado de las Nazarenas, con reiteradas demostraciones de amor y de fe católica.
Muchas gracias a usted, Reverendo Padre Huberto, por oficiar el Santo Sacrificio de la Misa en esta bella Iglesia de Rótterdam, por transmitirnos la Divina Voz del Sumo Hacedor en la Fiesta Jubilar de Nuestro Señor de los Milagros.
Traigo además la profunda gratitud del Consulado del Perú ubicado en Amsterdam, con jurisdicción en toda Holanda.
Juntos habremos de testimoniar, de renovar nuestras ofrendas de fidelidad, de adoración, al Cristo de las Nazarenas.
Hoy, 28 de Octubre, la Venerada Imagen de Nuestro Señor de Pachamamilla, como lo hace desde hace 261 años, sale por las viejas calles limeñas en procesión, por tercera y última vez en este mes dedicado al Nazareno.
Quienes aquí nos hallamos en esta Santa Iglesia compartimos el hondo fervor de ese mar humano que rodea las Sagradas Andas del Cristo de Pachacamilla.
Hace una semana, el Domingo anterior, algunas personas que acá se encuentran, entre ellas la señora Presidenta de la Hermandad de Rótterdam y otros Nazarenos, se hicieron presente en la Misa que el Padre Teo celebrara en la Iglesia San Nicolás de Amsterdam.
Es que los peruanos somos fieles seguidores de Nuestro Señor de los Milagros, tanto en Amsterdam como en Rótterdam, en toda Holanda y en el Mundo entero.
Todos, como reza su Himno, estamos junto a Ti, Nuestro Señor, fieles devotos que con paso firme de buen cristiano imploramos Tu Bendición…
Siempre es bueno recordar la Historia de Nuestro Señor de los Milagros. Ahora la evocamos nuevamente, con intensa meditación cristiana.
En 1651, un esclavo oriundo de Angola, cuyo nombre se desconoce, pintó sobre una pared de adobe la Sagrada Efigie del Redentor Crucificado, en un barrio que entonces era marginal, donde hoy en Lima se levanta la Iglesia de las Nazarenas.
Cuatro años más tarde, en 1655, un violento terremoto destruyó muchos edificios nuevos y antiguos de Lima. El muro con la Sagrada Imagen de Jesucristo permaneció intacto. Ese hecho prodigioso dio origen al culto popular a Nuestro Señor de los Milagros.
Otros terremotos, de terribles consecuencias, asolaron Lima en 1687 y 1746. El Muro de frágil adobe con la Sagrada Imagen seguía de pie, mientras que muchas otras edificaciones de más sólida fabricación se desplomaban y hacían trizas.
Y los Milagros de Nuestro Señor no se hacían esperar. El primero de ellos fue la total curación de Don Antonio León, vecino de Lima, quien adoleciendo de grave enfermedad había sido desahuciado por los mejores médicos del Virreinato.
Don Antonio, con inquebrantable confianza en el Señor del modesto Muro, construyó una ermita cerca del mismo y se encomendó al Crucificado, henchido de fe y cristiana unción.
Y sucedió el Milagro: El casi moribundo Don Antonio, cuya vida había sido descartada por la Ciencia, se recuperó totalmente…
Propagada la noticia, a las que se unieron otras nuevos Milagros, la adoración al Cristo de las Nazarenas se multiplicó en Lima y resto del Virreinato.
Un 14 de setiembre de 1671 tuvo lugar la primera Misa ante la Venerada Imagen de la Sagrada Efigie y una réplica pintada al óleo inició el ininterrumpido recorrer procesional de Nuestro Señor de los Milagros
Los peruanos y peruanas que reverentemente nos postramos ante este Sacra Imagen hemos sido testigos, hemos participado en esas multitudinarias Procesiones.
Varios también, con incontenibles lágrimas salidas del fondo de nuestros corazones, hemos puesto el hombro bajo las varas de las pesadas Andas de Nuestro Señor. Y unidos, aferrados así a El, asociándonos a las plegarias de ese mar color morado, hemos avanzado pletóricos de penitente emoción al lento compás de la cadenciosa música que acompaña al Nazareno.
Señor de los Milagros: Tú sirves de unión a los peruanos, dentro y fuera de las fronteras. Por ello el 18 de Octubre de cada año ha sido declarado como el Día de los Peruanos en el Exterior, como lo dije hace una semana en la Misa en San Nicolás.
Este año el Perú ha sufrido durísimos embates de la Naturaleza. Recordemos la gélida ola de frío en alturas andinas y el devastador terremoto del 15 de agosto.
Los peruanos en todo el mundo, y por cierto en Holanda, imbuidos del amor que en manantiales brota de Nuestro Señor de los Milagros, hemos acudido presurosos en ayuda de nuestros hermanos víctimas de esas desgracias.
Queridos hermanos y hermanas en Nuestro Señor de los Milagros;
Deseo expresarles mi inmensa satisfacción, como Cónsul, como peruana, como cristiana, como madre, al ver que muchos de ustedes han venido con sus hijos a esta Santa Misa. Así están transmitiéndoles los valores cristianos, de peruanidad, que ustedes han recibido de sus padres en la añorada tierra, al otro lado del mar.
Sé que el Señor de los Milagros, nuestro Guía y Conductor, iluminará a vuestros hijos, a todos sus seres queridos, para que continúen transmitiendo a sus descendientes los sentimientos que nos inculcaron nuestros mayores.
Muchas gracias, Reverendo Padre Huberto.
Muchas gracias al Coro que nos envuelve con su música celestial.
Muchas gracias a todos, queridos hermanos y hermanas.