Reverendo Padre Theo:
Queridos compatriotas, amigos de Holanda y de otros países hermanos:
Nuevamente estamos rindiendo homenaje aquí en Amsterdam, a Nuestro Señor de los Milagros, al Cristo Nazareno del Perú, en esta hermosa Iglesia de San Nicolás.
Al ofrecer este tributo, lo hacemos con renovada fe cristiana, como herederos que somos de los valores religiosos que hemos recibido de nuestros mayores, y que nos esforzamos en transmitir a nuestros hijos.
Agradecemos a usted, querido Padre Theo, por abrirnos de par en par las puertas de esta centenaria Iglesia, en la que reiteramos creencias ancestrales y nuestra devoción al Todopoderoso. Y por abrirnos otra vez las puertas de su corazón.
Esta Santa Misa, Reverendo Padre, coincide con los cincuenta años que se halla usted celebrando de su Ordenación como Sacerdote. Medio siglo como Mensajero de Dios, como conductor y guía de cristianos, como Apóstol de los Inmigrantes. Pido a todos un fuerte aplauso para nuestro muy querido Padre Theo.
Le felicitamos con fervor y con amor, querido Padre Theo, y nos congratulamos de tenerle a nuestro lado, con los ruegos que elevamos al Altísimo, para que los inmigrantes en Holanda, los latinos en particular, sigamos durante muchos años más bajo su escudo protector.
Hoy, 12 de octubre, se conmemora igualmente un aniversario más del encuentro de dos mundos. Han pasado 516 años desde que Cristóbal Colón y sus compañeros de aventura llegaran a las playas de lo que llamaron el Nuevo Mundo.
Más de cinco siglos han transcurrido desde que en las Américas se iniciara el proceso de propagación de la evangelizadora tarea de enseñar la palabra de nuestro Cristo Redentor.
En el Perú contribuyó a esa obra un esclavo procedente de Angola, quien sobre una pared pintó la Imagen del Salvador. Esa Divina Figura empezó a ser venerada hace unos 360 años, al permanecer intacta, pese a que muchas construcciones colapsaban como consecuencia de violentísimos y devastadores terremotos ocurridos en Lima.
Fue así cómo surge en el Perú el culto al que habría de ser denominado Señor de los Milagros. Se le llama así no sólo por el prodigio de mantenerse de pie el muro sobre el que estaba retratada Su Imagen, pese a los cataclismos que derruían todo lo que estaba alrededor. Debe ese nombre también por sus muchos Milagros, empezados hace tres siglos y medio y que hasta hoy continúan.
Son millones los peruanos que reverentemente acompañan a lo largo de viejas calles limeñas al Señor de los Milagros. en sus recorridos en Procesión en este mes de octubre. Esa multitudinaria manifestación de fe se realiza además en otras ciudades del Perú y del Mundo. Nuestro Señor de los Milagros es universal.
Felicito a nuestra Hermandad en Amsterdam, que preside la dinámica y abnegada Profesora Ada Berrocal, y sus colaboradores, por el piadoso trabajo para exaltar a Nuestro Señor de los Milagros en esta fraterna tierra holandesa. También renuevo mis parabienes a la fundadora de la Hermandad hace diecisiete años, y su Presidenta Vitalicia, aquí presente, Doña Carmen Valverde Arenas.
Mi reconocimiento a todos ustedes por unirse a este Santo Sacrificio de la Misa, que nuestro querido Padre Theo solidariamente oficia, en glorificación de Nuestro Señor de los Milagros, a Quien sus fieles devotos imploramos Su Bendición.
¡Muchas gracias!